Suplantación de identidad

Que difícil es mantener en secreto una falsa identidad.Eso ocurrió en 1998 cuando estábamos en 2º de BUP,la tutora se puso mala y en su hora de clase,vino un profesor de guardia.Todos estábamos cerca:Huete,Alex,Juan,Xavi,Jose,Monti y yo.Cuando la clase tocaba a su fin el profesor pasó un folio en blanco con el anagrama del instituto (el mismo en el que hacíamos los examenes) y dijo que pusiéramos nuestros nombre para no tener que pasar lista.El pobre profesor que no era de nuestra devoción no sabía lo que hacía.

-"¡A que pongo Snoopy!"- Dijo Juan con voz desafiante.
-"No tienes valor" - Provoqué a Juan hasta donde llegaba su valentía.
-"¿Qué no...?" - Dio un paso firme Juan.
-"¡Cómo lo pongas,pongo yo Denilson de Oliveira!" - Comencé yo también a envalentonarme.
-"¡Pues entonces yo pongo Roberto Carlos Da Silva Junior!" - Se unió Alex a la fiesta.

El profesor pasó el folio,y cada uno escribió lo que había dicho.Al terminar todos los compañeros,empezó a leer el folio el sustituto.Su cara empezó a cambiar cuando leyó las "falsificaciones".Y empezó su discurso:

-"¿Pero que os habéis creído?Parecéis niños pequeños,así que tened cuidado,por si un día os caéis y os golpeáis la cabeza con el pesebre." - Gritaba el profesor.

Amenazó con no dejar ese acto así y se fue a dirección.A la mañana siguiente,volvió la tutora y con solo mirarnos a los 3 dijo que habíamos sido nosotros (muy hábil,¿no?) y comenzó su discursito también.Así acaba el gran caso de suplantación de identidad del 98 en el Jabalcuz.

3 comentarios:

Ahora posiblemente hubiera elegido otra identidad mejor pero es que tiene el tiempo, que cada cosa tiene su época !

 

Lo que mas gracia me hizo fue que primero leyó Denilson (o Roberto Carlos, ya no recuerdo cual de los dos) como si fuese un nombre real de un alumno.
Sólo cuando leyó Snoopy fue cuando dio cuenta de que había nombres falsos en la lista.
Que también hay que ser un poco...

 

bueno, tampoco hay que ser muy listo para encontrar a los culpables, simplemente hay que apuntar hacia los más reincidentes.